Como bien sabemos, el aceite de motor es imprescindible para el funcionamiento de un vehículo, no obstante, si se utiliza indebidamente, el motor puede verse terriblemente afectado.

Las fugas son el culpable número uno: juntas y retenes terminan desgastados y en el suelo, una desagradable imprenta del inconveniente, delarando un fallo del motor. Esto se puede solucionar cambiando las piezas dañadas o desgastadas, así como en un desbordamiento, donde el llenado es excesivo, se recomienda acudir al taller para cerciorarse que el aumento en el consumo cese.

Si el consumo crece de manera repentina, del tubo de escape emanará un olor a aceite quemado, seguramente porque el motor sufra algún inconveniente o haya sido usado durante muchos años. Reparándolo se pondría fin al problema.

También hay que recordar que es muy probable que, con el tiempo, el aceite pierda propiedades, en particular si este se compra en tiendas de dudosa confianza.

Como conclusión: No sustituir el aceite cuando es debido puede evitar averías de envergadura, ya que la fricción aumenta y las partes metálicas del motor se desgastan con rapidez, acumulando suciedad en el filtro, taponándolo, y no solo eso, aumentando considerablemente la temperatura.

Revisar el nivel de aceite es muy fácil y se puede hacer en casa, se trata de sacar la varilla y observar si el nivel es adecuado. Cambiarlo
ya depende de las indicaciones del fabricante, por lo que los rangos varían entre los cinco mil y los treinta mil kilómetros.

Un tema relacionado es el de la ferricha. ¿Por qué no le echas un vistazo a esta entrada?

«Un problema recurrente en los vehículos que nos traen al taller es el de contaminación por ferricha

Jose Luis Iglesias, Gerente de Servicio Diesel Iglesias, S.L.