Consejo neumático

Existen diferentes términos para comprender el estado del neumático en el vehículo. Hoy definiremos índice de carga e índice de velocidad, para después establecer ideas y consejos imprescindibles en la materia.

En primer lugar, índice de carga implica un código numérico igual a la carga máxima que un neumático puede soportar. El doble de la carga del neumático deberá soportar la totalidad de la carga del eje del vehículo.

Conocer el índice de carga no significa excesiva dificultad, sólo hay que observar el flanco de uno de sus neumáticos y ponerlo en comparación respecto a la tabla de índices de peso. El índice de velocidad es un código alfabético igual a la velocidad máxima alcanzable con un neumático. Para conocerlo, sólo habrá que fijarse en el flanco de uno de los neumáticos y compararlo con la tabla de índices de velocidad.

De acuerdo con lo establecido por ley, está prohibido montar ruedas que posean índices de velocidad y/o carga inferiores a los especificados por el fabricante, aunque sí es posible montar con índice de velocidad superior.

Códigos en neumáticos

En épocas más frías, sobre todo en invierno, sí está permitido colocar neumáticos con un índice de velocidad inferior (lo que significa una letra inferior) al de verano. Si se ponen neumáticos de verano con índice W, los de invierno podrán montarse con índice V, no con índice H. Atender a los consejos de los fabricantes es de gran importancia.

Puedes leer este otro artículo que hemos redactado sobre la importancia de escuchar los neumáticos.

Aquí aportamos nombres de diferentes líderes en soluciones de movilidad:

¡Escucha tus ruedas!

Las ruedas son voluminosas y características. Un neumático en mal estado resulta lo más peligroso para el conductor y pasajeros, por lo que su cuidado es más que necesario, imprescindible para la seguridad de todos.

Siempre hay que tener en cuenta su fragilidad. Hay que, por ello, prestar atención a la sensación al conducir, como pudiera ser una conducción desigual, lo que indicaría desgaste, así como vibraciones. En caso de que haya cualquier tipo de perturbación excesiva, lo más recomendable es parar en la estación de servicio o gasolinera más cercana para revisar, personalmente, los neumáticos. A continuación será probable encontrarse con ruedas dañadas o desinfladas, por lo que la rueda de repuesto puede salvar el momento, pero no la situación.

Consultar a un profesional siempre es mejor, puesto que su examen llevará a un problema específico.

Pautas para una inspección de ruedas

  • Lo primero comprobar la presión del aire. Recomendable de realizar una vez al mes.
    Comprobar desgaste. Existen dos formas de hacerlo: con un profundímetro o con indicadores de desgaste de la banda de rodadura. La banda de rodadura puede señalar un inflado insuficiente, por lo que la solución sería simplemente una inyección de aire. Si por el contrario, el inflado es excesivo, realizar todo lo contrario (expulsar aire). Siempre pueden haber daños, así que no hay por qué alarmarse antes de tiempo o hacerlo una vez hemos descubierto que, efectivamente, hay problemas.
    Ante perforaciones o elementos extraños, acudir al taller.

No olvidemos las llantas

Este puede que sea el elemento más visual por su diseño y atractivo (o falta del mismo). Muchas veces las llantas de acero se cubren con un tapacubos que realiza una función meramente estética.

En ellas, el tamaño y el peso cumplen una función de importancia, puesto que el perímetro de la rueda deberá ser el mismo al de la llanta. La anchura de la llanta suele expresarse en pulgadas y hace ver el ancho máximo de neumático que puede portar. Este es un dato importantísimo.

En definitiva —> ¡Hay que ser precavido! Sobre todo cuando las condiciones meteorológicas son desfavorables, como pudiera ser una lluvia abundante o capas de hielo o nieve en la carretera. Teniendo en cuenta la calidad de la rueda, su resistencia y siendo consciente del entorno, todo indica a disfrutar de un viaje que marche, en todos los sentidos, sobre ruedas.